Como no podía ser de otra manera, en Tailandia la primera fue en la frente, según baje del avión esperaba encontrarme a Jes y a Min esperándome en el hall del aeropuerto, lo único que vi fue un escueto sms, "siemprepierdo, que la cosa se nos ha ido de las manos, estamos en Kao San en el hotel ddin coge un taxi".

Empezamos bien, pa alla que me fui, el paisaje que me encontré fue para recordar, 35 grados 90 % de humedad Jes despidiendo a tres tailandesas a Min en la habitación con otra, y mi cara que era un poema, había salido de Madrid hacia 20 horas, eran la tres de la tarde y lo primero que pensé fue en que este no era el rollo de viaje que yo quería, me explicaron que salieron el día anterior con un Italiano que conocieron, que bebieron mucho y que la cosa se les escapo, conocieron pivas y la liaron, por la mañana ya no les daba tiempo a recogerme, tío lo sentimos estas cosas pasan, me dijeron.

En estos casos hay dos alternativas, te mosqueas o te ríes y pasas del tema, nos quedaban 30 días por delante y lo de mosquearse no estaba contemplado tan pronto, acostumbrado como estaba a viajar solo o con Car, me di cuenta en seguida que este no iba a ser un viaje como los demás, trasladar a tus amigos de toda la vida a 20000 kilómetros de distancia en un país donde el sexo se vive de otra manera, y la botella de Jhonny Walker en el mejor garito de Bangkok te cuesta 15€ desde luego como poco iba a ser distinto.

Cansados como estábamos esa noche no se salio, paseo, cena y a la mañana temprano marchamos a Ayuthaya, ciudad a 100 kilómetros de Bangkok, donde todo es distinto, bonitos templos, ciudad patrimonio de la humanidad y uno de los centros religiosos del antiguo reino de Sian.

Allí y durante dos días nos dedicamos a montar en bicicleta, a ver canales, templos, charlar con otros viajeros beber cerveza y empezar a disfrutar de la comida Thai, la cosa se tranquilizo y empecé a estar mas relajado con ellos.

En chang mai nos pegamos una juerga de las de recordar, una pareja de gays nos llevaron al mejor club de la ciudad, se que me lo pase bien aunque tengo algunas lagunas, entre mis pocos recuerdo y los de Min y Jes recompusimos la noche, fueron unas 24 horas por ahi, una confusión con un ladyboy donde casi la lio, mucha electrónica y una chica thai que se llamaba Pum, piel clara, pelo liso negro, cintura pequeña y un amor de chica, a punto estuve de quedarme con ella.

Después fue el norte y la selva, algunas tribus, cascadas, un viaje de dos días en canoa y paisajes increíbles.

Camboya es como la hermana pobre de Tailandia, pero no por ello menos sonriente a pesar de las penurias y los millones de minas antipersona que todavia estan enterradas en el pais, después de seis horas en el autobus mas incomodo de mi vida y solo 100 kilometros en un camino de tierra llegamos a SiemRep para visitar las ruinas de Angkor.
Dicen que todo Camboya vive de estas ruinas, tres dias de visita fueron 40 dolares, mucho dinero comparado con los siete dolares que te cobra un conductor de Tuktuk por tenerte todo el día paseándote por donde quieras, las ruinas no defraudaron y creo que hasta el momento es lo mas alucinante que he visto en mi vida.

Y nos fuimos a la playa y regreso el desparrame, clavados el 31 de julio llegamos a la isla de Ko pan gan, esa noche se celebraba la fiesta de la luna llena, antorchas, trance, una especie de zumo de fresas con setas que le llamaban special shake, y tres noches divertidisimas donde conocimos a muchisima gente, y a "shoooi", una chica argentina de 22 años que me volvió loco una noche en la playa, después submarinismo en Ko tao y el paraíso de PhiPhi, un día antes de coger el avión me enamore de nuevo de otra chica, se llamaba Piu.

Y como me fui regrese, paso un mes como pasa una semana, dos kilos menos, 500 fotos, 13 vídeos, dos paises bonitos y el recuerdo de los besos de Pun despertandome por la mañana.